30 de junio de 2017

146 años de contribuir a la seguridad, la defensa y el desarrollo. Feliz día del Ejército.


Seguridad y desarrollo, son dos palabras ligadas directamente a la geopolítica. Los países Emplean todos los recursos de su poder nacional, combinándolo con los factores geográficos para lograr este ansiado estado de cosas.

Guatemala cuenta con un Sistema Nacional de Seguridad, que está conformado por las principales instituciones de servicio y seguridad del Estado. Dado que, la defensa nacional está comprendida dentro del esquema de la seguridad nacional, y dado que, parte de la defensa le corresponde al Ejército de Guatemala, el efecto en la seguridad y del desarrollo, es directo; ha sido directo desde su fundación.

El ejército ha contribuido en defensa, seguridad y desarrollo incluso desde antes de su fundación en 1871. Desde el tiempo de la independencia en 1821, existían milicias de voluntarios, que eran organizados por militares españoles, franceses y mexicanos que habían emigrado a la recién independizada colonia española.

Desde este momento, la fuerza militar naciente, participó en acciones y campañas militares: Las guerras con El Salvador desatadas en 1822, y todo el proceso de enfrentamiento que llevó hasta la separación de las provincias unidas de Centroamérica en 1846. Fueron 25 años con presidentes federales que impulsaron los primeros cambios para la seguridad y el desarrollo, a base, si así se quiere ver, de sus fuerzas armadas.

En 1851, Honduras y El Salvador le declararon la guerra a Guatemala, dándose la batalla de La Arada, donde el ejército de Guatemala, por medio de una estrategia de defensa móvil, libró una guerra que contribuyó a la seguridad y el desarrollo del país.

Irónicamente cinco años después, Centroamérica se une en 1856 contra los filibusteros que habían invadido Nicaragua. Este hecho puso de manifiesto el valor que las fuerzas armadas de ese tiempo, al garantizar la seguridad y el desarrollo de la región. Fue la última vez qué Centroamérica se unió militarmente para la defensa al hacer la guerra a los invasores a pesar de ser repúblicas independientes y haber estado en guerra tres de sus países apenas cinco años antes.

Aquella campaña militar fue conocida como Guerra Nacional de Centroamérica, el comandante de los ejércitos fue el mariscal José Víctor Zavala, comisionado para ello por el presidente de Guatemala, General Rafael Carrera y con la venia de los países centroamericanos. Hoy día en el inicio de la avenida de la Reforma, en la glorieta frente a la cámara de industria, el jardín botánico y el Liceo Guatemala, se erige el monumento en honor a aquella gran campaña militar centroamericana, que contribuyó a la seguridad y el desarrollo.

Más adelante, Entrando a la década de 1870, ocurrió en Guatemala una revolución liberal que derrocó al entonces dictador, El mariscal Vicente Cerna, quien había sucedido al general Rafael Carrera desde su muerte en 1865. Los líderes de esta revolución, los generales Miguel García Granados Y justo Rufino Barrios, Impulsaron importantes reformas en el país, y una de estas fue la fundación del Ejército de Guatemala.


Es en esta fecha del 30 de junio de 1871 en que se reconoce oficialmente la fundación del Ejército de Guatemala.  Aunque como hemos visto La participación de las fuerzas armadas fue vital para la seguridad y el desarrollo desde los años de independencia.

Posterior a la fundación del ejército, se da la fundación de la Escuela Politécnica en 1873, que da un carácter profesional a sus oficiales.

Los primeros cadetes en ingresar a la Escuela Politécnica desde 1873, no sólo pelearon en la guerra del Totoposte (1906)  ya como oficiales, sino que, luego de cumplir 30 años de ejercicio militar profesional, podían ya contribuir y asesorar  para la seguridad y defensa. Los primeros oficiales alcanzaron el máximo nivel de experiencia a partir de 1903. Tres años más tarde en 1906 se dio la “guerra del totoposte”, la última Campaña militar donde el Ejército de Guatemala se enfrentó a otro país Centroamericano, cumpliendo su papel de defensa, con repercusiones en la seguridad y el desarrollo. Esta generación de militares profesionales, vivió el ascenso del dictador, presidente Manuel Estrada Cabrera, quien tuvo de primera mano un seguimiento profesional militar de las acciones durante la primera guerra mundial en Europa. La era de los militares profesionales, cincuenta años después de la fundación del ejército, contribuyó a los procesos que llevaron a elecciones en 1920, finalizando con la etapa de dictadura. Esto trajo una época de auge en Guatemala, y formó parte del aporte del ejército en la seguridad y desarrollo hasta 1944.

El ejército participó activamente en el proceso de revolución de 1944, los sucesos en la década de los años 1950 en el llamado segundo período de la revolución que dio origen a la “primavera democrática”, hasta la década de los 1960, con el inicio del enfrentamiento armado interno.

Y es a lo largo de esta historia reciente desde 1960, en que el ejército también contribuyó de una manera directa en la seguridad y el desarrollo del país; esto, a través de la participación de militares profesionales en los diferentes ejercicios de gobierno hasta los años 1980. Este tema es objeto de crítica por diferentes sectores, pero en realidad, hay muchos testimonios y evidencia en obra y resultados, que fueron años de eficiencia gubernamental, precisamente por el carácter profesional y la formación de los militares en el cumplimiento del deber, la voluntad en el servicio y la abnegación para cumplir con sus obligaciones. Este actuar militar, contribuyó también en su momento a la seguridad y el desarrollo del país.

La contribución militar al desarrollo se acentuó desde 1976 luego del terremoto ocurrido ese año, al participar el ejército en la dirección interinstitucional para el proceso de reconstrucción nacional.

En 1996 finalizó un proceso de paz que había tardado 10 años en lograrse. El ejército como es su naturaleza, comenzó rápidamente su adaptación a la nueva misión en un entorno de paz.
Para ello se diseñaron planes de modernización y transformación, que crearon unidades militares específicamente pensadas para contribuir al desarrollo. Dos años después de la firma de este acuerdo de paz, el ejército recibe la orden del presidente de contribuir a la seguridad mediante una nueva misión de apoyo a la policía para la seguridad pública y ciudadana. Dos años después el Congreso de la República oficializó esta decisión como ley, a través del decreto 40-2000.

En 2004, otro presidente, decreta una importante reducción del efectivo militar. El error se hace sentir a nivel estado, y por esa razón el mismo presidente, en el año 2006 funda los escuadrones de seguridad ciudadana por medio de una movilización parcial de ciudadanos que ya habían prestado su servicio militar, y bajo el mando táctico de los oficiales de la reserva militar. Estas nuevas unidades entraron de lleno en apoyo a la policía.

La policía también había sido reformada luego de la firma de la paz y también venía en un proceso de cambio y transformación. Desde 2006 inició una era de coordinación conjunta, interinstitucional para ambas entidades. La formación militar profesional, la formación de los nuevos mandos policiales y la contribución de países amigos en entrenamiento y equipamiento Interagencial, dio inicio a una nueva era de operaciones conjuntas para la seguridad pública y ciudadana.


El ejército por su parte, nunca descuidó su papel en la defensa, y mantiene desde ese año, once programas de coordinación de seguridad y defensa transnacional y transregional. El ejército inició en 2010, un proceso para la creación de un sistema de planificación y gestión de la defensa, que garantizara obtener los recursos necesarios, de acuerdo a la misión constitucional, cuidando que al mismo tiempo la sociedad pudiera fiscalizar la forma que se invirtieran los fondos. Hoy día este sistema SIPLAGDE está en su fase final de implementación.

La Policía Nacional Civil, que había venido profesionalizándose en sus propios procesos, llega al año 2015 en un nivel bastante avanzado, permitiéndole empezar a retomar sus funciones que eran apoyadas desde 1998 por el ejército. Dieciséis años llevó a la policía este proceso, y el resultado en profesionalismo, tecnificación y capacidades, permitió que a partir del año 2017, El ejército de Guatemala Comience a retomar sus roles de defensa exclusivamente, dejando la seguridad ciudadana en manos de la policía nacional civil mediante un proceso por fases progresivas que está contemplado finalice el 31 de diciembre de 2017.

A la fecha de esta publicación, el ejército cuenta ya con una estrategia militar diseñada para mantener la defensa y continuar contribuyendo a la seguridad y el desarrollo del país, al proyectar sus operaciones en cinco áreas de misión específicas para sus unidades militares.

El ejército está en la era de la interagencialidad, de la coordinación y del apoyo mutuo transnacional y transregional; en contacto directo con países de la región y sus instituciones, todos actuando en equipo, en red, debido a que es “en red”, que la amenaza actual del crimen organizada opera. La amenaza actual se mueve en todos los campos: económico, social, financiero, la salud; produciendo consecuencias que sólo se pueden enfrentar en una unidad de esfuerzo interinstitucional y coordinado con los equipos interinstitucionales de los países de la región.

De esta forma, es como se puede afirmar que, durante 146 años, el Ejército de Guatemala ha cumplido su misión constitucional de defensa Comprendida dentro del marco de la seguridad nacional y que apunta al desarrollo Del país.



El desafío vigente aún ha sido, desde la firma de la paz, generar cultura de defensa en las mentes ciudadanas civiles e incluso militares; y comprender el Estado en su conjunto, que la tarea de la defensa no es exclusivamente militar, sino la unión de las entidades e instituciones que conforman el poder nacional total, dispuesto para tal fin. La comprensión de esta cultura permitirá a las fuerzas armadas recibir presupuesto para adquirir capacidades diferenciadas, que contribuyan a la seguridad y el desarrollo, con la confianza que serán bien administradas a través de un Sistema de gestión y planificación que garantice la transparencia.

21 de junio de 2017

Seminario sobre redes de amenazas transnacionales y transregionales


El Centro "William Perry" de Estudios Hemisféricos de Defensa, organizó un seminario regional en Guatemala titulado "Contrarrestando las Redes de Amenazas Transregionales y Transnacionales". Dicha actividad académica se realizó el 21 de junio de 2017 en el hotel Casa Santo Domingo, Antigua Guatemala, Guatemala.

Participaron ochenta profesionales en Defensa y Seguridad de: Belice, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Canadá, Colombia, México y Estados Unidos de América. Conferencias, expertos en el tema, sesiones interactivas, discusión de políticas y estrategias para contrarrestar las amenazas en las américas.


Tuve la oportunidad de compartir lecciones aprendidas y comentarios sobre el papel de las fuerzas armadas, en mi caso de Guatemala, en los roles contra las redes de amenaza transnacional y transregional (Transnational and Transregional Threat Networks T3N).


A continuación la transcripción del tema preparado y el audio de lo que al final dio tiempo disertar.

Audio (Elegir opción: reproducir con "drive player")

Inicia transcripción de la disertación preparada:
Tengo en este día el privilegio de poder compartir con ustedes algunas de las experiencias y lecciones aprendidas en la ejecución de planificación y operaciones en el Estado Mayor de la defensa nacional.

En la diapositiva pueden ver, según el Atlas de la Defensa RESDAL, como los países del hemisferio, participan con militares en los roles de las policías en la seguridad ciudadana y otras misiones.

Cada uno de los países tiene una situación particular distinta, definida por su propia situación política, factores geográficos; tienen mucha influencia la infraestructura que tienen para su desarrollo, características de sus fronteras.

Hay otros factores muy particulares de cada país, como aspectos sociales, relación entre las instituciones; esto crea un desafío para lograr la coordinación y unificación de los esfuerzos en la lucha común contra una amenaza organizada en red, y que opera transnacionalmente.

El Centro de Investigación en Defensa de Chile, publicó recientemente en su cuenta de Twuitter, y preguntó si era posible una política de defensa común en Latinoamérica. El resultado era 67% que No y el 33% que Si.

Y es precisamente por las circunstancias que varían en cada país. Por ejemplo en Honduras y en El Salvador las fuerzas armadas tienen respaldo legal Para actuar contra las pandillas y el crimen organizado, en Guatemala no totalmente. Guatemala sólo tenemos la facultad de apoyar a la Policía Nacional Civil. En El Salvador se escucha de enfrentamientos contra pandilleros con resultados trágicos de vidas humanas; aquí en Guatemala cuando un soldado usa su arma y muere una persona, es necesario un proceso de investigación en el que, generalmente, el soldado debe permanecer detenido de forma preventiva.


Estas circunstancias particulares de Guatemala, entre otras, deseo poner a consideración de ustedes y relacionarlo con el tema del papel militar en apoyo a la policía. Está claro que las redes criminales no sólo coordinan sus ilícitos transnacionalmente sino que han ascendido a un nivel inter regional de su campo de actuación.

La amenaza se ha organizado en red y opera no solo a nivel transnacional sino a nivel transregional. Por ejemplo en Colombia puede salir en el proceso de investigación Un nombre de un delincuente, y a la vez aparece a los entes de investigación en Guatemala el mismo nombre; el delincuente tiene contactos en ambos países y se corre el riesgo que si las autoridades de ambos países no se coordinan, nunca se darán cuenta que investigan a la misma persona.

Por eso, la red transregional de intercambio de información por parte de autoridades debe ser efectiva. Las rutas marítimas y aéreas se extienden grandes distancias, empleando diferentes métodos logísticos para sobrevivencia; utilizan la vía terrestre, cruzando fronteras en ingeniosos métodos para ocultar el ilícito; pero además, tienen personas especializadas en las agencias de funcionarios públicos, expertos en ingeniería, electrónica, marítima, economistas, expertos en sistemas bancarios y hasta expertos que conocen de cerca las entidades de seguridad. Esta complejidad le da un carácter ya no sólo transnacional sino transregional, y este incremento lo nivel, lo lograron gracias a que funcionan en red.

Las redes criminales aprovechan otras condiciones de los sistemas en los países, como las facultades legales y competencias de las instituciones y agencias. El militar trabaja la defensa, generalmente en la frontera, las policías, ministerios públicos o entes de investigación, tienen su propio campo de competencia. Usualmente uno no puede interferir en el otro.

Las aduanas corresponde a una entidad y el contrabando a otro. De manera que la información está dispersa. La facultad de producir inteligencia, facultad de detener a una persona; aspectos como estos varían en funciones a través de los países del hemisferio.



El respeto en el campo de las instituciones puede convertirse en ventajas para las redes criminales, si no se toman acciones para llenar los pequeños vacíos donde terminan las funciones de una y comienzan las de otra entidad.

Las redes no respetan estas áreas vacías, las aprovechan. Por ello la estrategia debe ser interinstitucional, o interagencial, para cubrir todos los espacios; y ahora como lo planteamos en este seminario, coordinación transregional para enfrentar la amenaza.

El enfoque transregional de la red criminal, hace aún más complejo el problema. La habilidad de adaptarnos a estos cambios constituye la teoría de los “problemas adaptativos complejos” que hemos aprendido en Centro Perry.

Otro aspecto es que las redes criminales afectan el entorno social. En Guatemala, en San Marcos, las personas subsisten de sembrar amapola; esto trae consigo otros problemas de educación porque los niños ya no van a la escuela por estar cultivando; los conflictos sociales y protestas contra las autoridades, acomodan el ambiente ideal para que entren las redes a usar el terreno para delinquir.

Las personas se vuelcan a trabajar para las redes criminales, cuidan campos, pistas clandestinas, sirven de alerta si hay presencia policial etc. De manera que las redes afectan todo el entorno.

En este entorno surge la discusión de las perspectivas de cada país para determinar los roles para sus fuerzas armadas en relación con las policías y otras instituciones.

¿Qué hemos hecho para enfrentar la amenaza considerando lo anterior?
En Guatemala las fuerzas armadas toman parte en un total de 11 foros entre bilaterales y regionales. Grupos de alto nivel de diálogo en materia de seguridad con México Honduras Salvador; tenemos el sistema de integración centroamericana; comisiones binacionales con El Salvador; La red interamericana internacional de información; programas de fortalecimiento fronterizo.

Con el comando Sur tenemos el Programa de entrenamiento de policía y militar conjunto CTOC, coordinamos activamente en el marco de la conferencia de seguridad centroamericana CENTSEC.



Hay otras capacitaciones y educación países del hemisferio como: Canadá, EUA, México, Salvador, Honduras, República Dominicana, Nicaragua, Panamá, Colombia, Brasil, Perú y Chile. Casi todo el hemisferio.

Por supuesto el ámbito de la conferencia de las fuerzas armadas centroamericanas CFAC con operaciones militares coordinadas en las fronteras, reuniones de los comandantes etc.

Nuestra estrategia militar está escrita en un plan que hemos llamado “evolución” que demarca el actuar militar en cinco áreas de misión:

Un área de misión para las operaciones de rescate, ayuda humanitaria, reducción de riesgos.

Un área de misión para la protección de infraestructura crítica y contribuir al desarrollo. Actualmente hay una región del país, donde la conflictividad social provocó que el gobierno decretara un Estado de Sitio, y el papel del ejército ha sido principalmente, acciones de contribución al desarrollo y control territorial. Todas las acciones son interinstitucionales.


Un área de misión para el apoyo a la política exterior y operaciones de paz.

Un área de misión que se refiere el apoyo a la policía y otras instituciones en la seguridad pública y ciudadana. El Estado de Guatemala a través del Consejo Nacional de Seguridad, determinó que el 2017 se pusiera en marcha el plan para la reducción gradual del apoyo militar a la policía.
Este plan surge desde 2015 con un cronograma y en 2016 se conformó una comisión interministerial que evaluó durante casi un año, la elaboración del plan.

El plan tiene tres fases, que se ejecutaron desde el 6 de enero de 2017. En la primera se concentraron los 4000 elementos de seguridad ciudadana en 30 municipios que designó la policía en base a los índices de criminalidad; la segunda fase en abril pasado, en que 2000 hombres se destinaron a 11 municipios y el resto a funciones de defensa en la frontera.
La tercera fase está programada para diciembre de 2017 en donde la policía proporcionará la seguridad ciudadana y el ejército cumplirá misiones de defensa en las zonas de frontera y a pedido acciones en el campo de la seguridad pública según lo requieran otras instituciones. Contra el contrabando, protección de la biósfera maya, sistema penitenciario, contra narcotráfico, trasiego de armas y otros ilícitos.

El área de misión de la Defensa e integridad del territorio se ha visto fortalecida por el incremento de capacidades gracias al personal que deja la seguridad ciudadana y está siendo desplegado a las zonas de frontera. Pero lo más valioso es el grado de coordinación interinstitucional que hemos logrado, en un clima de trabajo de total respeto en las funciones, el orden jurídico y aliviando muy bien cuestiones como la cadena de mando. La coordinación ha sido efectiva, y hemos tomado el sistema de cadena de mando y responsabilidad similar a la Fuerza de tarea interagencial sur, aunque de momento no lo hemos establecido formalmente.

Pero una o dos veces por semana, el jefe de estado mayor, acompañado de sus comandantes y directores, se reúne con funcionarios policiales, del Ministerio de Gobernación, de entidades de rescate, que ven la migración y la lucha contra el contrabando.

Central American Regional Seminar on  Countering Transregional-Transnational Threat Networks JUN 2017

El primer ejercicio fueron las fuerzas de tarea interinstitucionales, creadas con el apoyo de EUA, en equipo, entrenamiento e instalaciones y operan bajo el control operacional del Ministerio de Gobernación desde instalaciones militares. Hemos superado los desafíos y estamos coordinando cada vez mejor. Esto dará importantes resultados la la lucha contra las redes de amenaza transnacional y transregional.

Y prueba de ello, en este día tenemos operaciones coordinadas con El Salvador y Honduras, totalmente interinstitucionales, en la zona de frontera oriente. Le hemos llamado operación “fortaleza” y tenemos planes de extenderlo a la frontera con México, para lo cual se han realizado ya alguanas reuniones.

Nuestra fuerza especial naval ha dado la mayor parte de los buenos resultados en el mar. También recientemente se instalaron radares primarios y secundarios que ya han empezado a dar resultados. Pudieron ver en la gráfica que los ilícitos por vía aérea son menores que en el mar. Gracias a la donación del gobierno de Canadá, se instalará un sistema de gestión de teatro, con tecnología avanzada.

Todo este esfuerzo al ser compartido y coordinado en la región, es coherente con el tema de este seminario. Las redes internacionales del crimen organizado se trasladaron al ámbito transregional y nosotros así estamos enfocando nuestra estrategia.

Pero tenemos al frente importantes desafíos.

El primer desafío es mejorar la capacidad de operar Interinstitucionalmente, transnacionalmente con países vecinos, y a la vez, transregionalmente con países más distantes y en el mar.

Hacer que la información fluya, hacer ágil el intercambio de inteligencia, intercambio de métodos y adiestramiento para interceptar los métodos de las redes criminales que fluctúan de lo legal a lo ilegal, haciendo parecer legítima una actividad pero que realmente esconde o contribuye a un ilícito.
Debemos mejorar nuestra capacidad de certificar a nuestro personal para combatir el crimen, y finalmente, dar a conocer a los ciudadanos que la transparencia es un factor común al administrar el recurso financiero para adquirir capacidades.

Estamos en la era de la interagencialidad, de las operaciones interinstitucionales, de la coordinación y del apoyo mutuo transnacional y transregional; y esto debe ser en contactos directo, en unidad conceptual y unidad de esfuerzo transnacional con países de la región y sus instituciones, todos actuando en equipo, en red.
Finaliza Transcripción de la disertación.