25 de mayo de 2007

Cartas desde Iwo Jima, lecciones de liderazgo



De esta película pueden sacarse valiosas conclusiones respecto del liderazgo militar. No obstante que algunas personas podrían cuestionar las actitudes de soldados guiados por su honor, son válidas desde el punto de vista de la convicción de sus valores morales y éticos militares y es aquí donde se pueden sacar las lecciones y aplicarlas en pleno siglo XXI. El reto es analizar lo que en ese momento conducía al suicidio, cómo se traduciría en actitudes hoy día inspirado en los mismos principios.

Lección 1, Apreciación y planificación constante

El General Tadamichi Kuribayashi, comandante de la fuerza japonesa efectúa desde su llegada un exhaustivo reconocimiento del terreno y en el mapa, apreciando los probables cursos de acción enemigos. Lo importante estriba en que toda la apreciación estaba orientada por el hecho de que: Estaba reconocida la superioridad y no había posibilidad de recibir refuerzos.

Pese a ello, planifica e insta a sus hombres a prepararse para la batalla y luchar por cumplir la misión que les es asignada.

La lección es que el militar realiza su trabajo aún cuando las condiciones y recursos no estén disponibles, buscando la excelencia y poniendo toda su iniciativa para cumplir su meta aunque no le hayan concedido todo lo solicitado. Esta actitud positiva debe ser trasladada a sus subalternos. “Hacer lo que se puede con lo que se tiene” es una frase conocida en el ejército de Guatemala y ha servido de inspiración para muchos comandantes a todos los niveles para llevar a buen término su misión.

Lección 2, El bienestar del personal

El comandante encuentra a sus hombres en condiciones difíciles y dicta algunas medidas que alivien en lo posible su bienestar y moral, porque sabe que la batalla se aproxima y será allí cuando entonces tendrán que soportar privaciones y trato duro.

Para ello organiza horarios que incluyan períodos de descanso, mejora la comida, e incluso ordena que los oficiales coman lo mismo que las tropas. También ordena entrenamiento militar intenso. Es obligación de todo comandante proveer de bienestar y comodidad a sus hombres, pero deben estar entrenados para situaciones extremas.

Los extremos en el entrenamiento, por lo regular tienen un argumento válido en los ejércitos profesionales. Preparar al soldado mentalmente por ejemplo, que si hay necesidad deberá alimentarse con bocados que tradicionalmente y en condiciones normales no se comerían. Es importante que el soldado pierda el asco y la repugnancia por alimentos que le salvarán la vida en condiciones adversas.

Lección 3, Mantener a sus hombres informados

Al principio, los comandantes no comprendían al General Kuribayashi, pensaban que estaba equivocado. Por qué organizar la defensa en la montaña y no en la playa se preguntaban, pero ignoraban que Kuribayashi por sus viajes a Norteamérica conocía la estrategia enemiga y tenía una buena concepción de cómo hacerle frente.

Por tanto era importante que hasta el último hombre comprendiera por qué tenía que cavar en la roca interminables túneles. Eso hubiera evitado tener que relevar a uno de sus generales.

Lección 4, La voluntad de vencer

Esto es una verdadera arma. La tecnología e incluso la masa, no siempre logra la captura de objetivos militares en la primera oleada del ataque. Este fue el caso en Iwo Jima. Los norteamericanos ya habían experimentado en batallas anteriores esta virtud de los soldados japoneses.

El Teniente Ito, un militar idealista, pregunta a sus hombres qué los hace superiores ante sus enemigos a pesar de que tienen desventaja en armamento, tecnología, abastecimientos y efectivo. Un soldado responde: “nuestra voluntad de lucha es superior, el americano es indisciplinado y mezcla sus sentimientos con su convicción para cumplir la misión”.

Esto era lo que realmente hizo fuertes, y por momentos, invencibles a los japoneses. El Teniente Ito por ejemplo prefería suicidarse antes que rendirse o ser capturado. Esto obedece a una tradición del honor japonés que se remontaba desde el año 1000 a.C. Desde ese tiempo el código de conducta de los japoneses (samuráis) era morir antes que la derrota o ser capturados.

Dos comandante ordenan en la película el suicidio de sus hombres. Es necesario comprender las profundidades del sentimiento del honor, el carácter y la dignidad para comprender esta noble acción de los soldados japoneses. Su voluntad inquebrantable los hizo cumplir la orden mortal.

Muchos escépticos y acostumbrados a otro tipo de honor, pero no al honor militar, seguro censurarán esta conducta. Cualquier militar de profesión con sentido del honor comprende y aplaude estos nobles ejemplos. No se trata de imitarlo hoy día, para ello hay leyes de la guerra, sino como militares es un valioso ejemplo de convicción lealtad y honor puros.

Ellos tuvieron el valor de suicidarse por su ideal, por su honor, en comparación el militar de hoy debe tener el valor de tomar decisiones basadas en las leyes de la guerra, el respeto a los derechos humanos y la libertad del hombre. Por estos ideales humanos, cualquier sacrificio es valedero para una unidad.

¿Debe entonces un militar en pleno siglo XXI suicidarse, morir combatiendo o rendirse? El suicidio se descarta, las otras dos opciones dependen del honor que el militar lleve dentro de su ser, sus convicciones, sus valores su carácter militar. No hay una respuesta, ningún militar lo sabe incluso, será en el momento de tomar la decisión cuando ese militar descubrirá cuánto honor lleva dentro.

Sin embargo, la película también permite apreciar que los dos comandante japoneses (Kuribayashi y Nishi) que ya habían estado en América y habían tenido contacto con la cultura occidental, respetuosa de la vida y la libertad, tienen otro concepto de la lucha patriótica, su nacionalismo es más moderado aunque no menos auténtico.

Karibayashi no autorizó el suicidio pero pide a su segundo que le corte la cabeza como buen samurai, Nishi salva a sus hombres pero prefiere suicidarse él. Pero en ambos casos buscan proteger a sus hombres. El Japón entero al final, razonablemente, se rindió salvando muchas vidas aunque miles habían muerto ya. El soldado Saigo también muestra su ferviente deseo de luchar por su país pero considera también su familia y lo inevitable de la derrota.

De tal forma que el honor tradicional y milenario es ejemplo hoy día para el cumplimiento esforzado de la misión por parte de todo militar pero considerando siempre el respeto a la vida de sus tropas y de las del enemigo incluso. Surge así la moderna y controversial frase “humanizar la guerra” cosa de suyo, difícil.

Los japoneses al final fueron capaces de reconocer el valor de sus enemigos a quienes tenían por poco valientes y cómodos, pero aprendieron a respetarlos una vez combatieron con ellos. El credo Kaibil dice: “Respetaré la destreza de mi enemigo, pero la combatiré con toda mi fuerza y vigor hasta destruirlo implacablemente”.

Lección 5, El fortalecimiento psicológico

Antes de la batalla final el comandante Karibayashi explica a sus hombres la razón para lanzar un último y desesperado ataque. Todos comprenden y concluyen que es necesario y mucho más honroso que ser capturados. Fue una decisión tomada en su eje de simultaneidad, en su tiempo y espacio.

El fortalecimiento psicológico se pone de manifiesto también cuando los bombardeos aéreos lejos de atemorizar mueven al soldado japonés a exigir el desembarco enemigo y el inicio del combate. Hay convicción en esa actitud. También prefieren comer mal durante la organización de la defensa y tener suficiente provisión para los días de batalla.

El ataque final es lanzado cuando tenían cinco días de no probar alimento ni agua. Combatir en esas condiciones necesita el poder de la mente, un sólido fortalecimiento psicológico.

Lección 6, Los principios, el entrenamiento, los medios para hacer la guerra.

Las madres de dos soldados, uno americano y otro japonés, habían escrito y dicho a sus hijos antes de partir: “has lo correcto... porque es lo correcto”

¿Qué es lo correcto? ¿Para quién es correcto? ¿Por qué lo considera correcto? La guerra siempre se ha producido porque una fuerza está convencida de que la otra fuerza está en lo incorrecto. Por tal razón los principios y valores deben guiar a una fuerza. Con esa convicción debe entrenarse y prepararse. Y por último debe estar bien equipada. Pero hasta que los hombres no consideren las mismas cosas como correcto e incorrecto las guerras continuarán.

22 de mayo de 2007

Intercambio de entrenamiento militar con la república de Francia

Un pelotón integrado por cinco soldados de cada país centroamericano (Guatemala, Salvador, Honduras y Nicaragua) partió el 20 de mayo de 2007 hacia Martinica, una isla del departamento francés de ultramar, en las Antillas francesas, que se extienden frente a la costa septentrional de Sudamérica, de origen volcánico y esencialmente montañosa.

Por Guatemala asisten cinco Kaibiles. Los soldados fueron despedidos en una ceremonia especial celebrada al pié del Cerro del Honor donde el comandante explicó la importancia de conocer detalles del entrenamiento militar de un país amigo que constituye hoy día una potencia mundial.

La participación de los soldados centroamericanos en ejercicios militares en Martinica, permitirá intercambio de tácticas de combate y otras operaciones con el ejército francés destacado en esa isla.

A su vez, la república de Francia envió un pelotón del 33 batallón de infantería de marina a participar en ejercicios y entrenamiento en la Brigada de Fuerzas Especiales en Poptún, Petén.

Los Kaibiles dieron la bienvenida a los soldados franceses quienes de inmediato comenzaron con un programa especialmente preparado para que conozcan nociones de lo que es el entrenamiento Kaibil.
Tanto las operaciones internacionales de paz en Haití y en el Congo, como los intercambios y acercamientos con países amigos como Francia en este caso, permiten al ejército de Guatemala avanzar en su constante proceso de modernización y profesionalización, que repercute directamente en el aumento de sus capacidades puestas al servicio de la sociedad guatemalteca.


una marcha forzada nocturna dio la bienvenida a los soldados franceses

cinco dominadas en la barra antes de cada comida

natación militar

acondicionamiento físico

recorrido por la pista de obstáculos

instrucciones para la ejecución de los ejercicios militares, a la izquierda el comandante del pelotón frances, Capitán Damien Marduel

demostración del ascenso de la pared vertical

durante la cena se les explicó el significado del lema de los Kaibiles a la hora de las comidas: La comida no es un deleite, es un combustible


pelotón frances e instructores del curso Kaibil


15 de mayo de 2007

El Francotirador


Las técnicas de francotirador son una especialidad propia de las unidades de Fuerzas Especiales en el Ejército de Guatemala. Cada sección de Kaibiles lleva francotiradores en su organización.

La Brigada de Fuerzas Especiales imparte dos cursos: Kaibil y Contraterrorismo. Dentro del contenido de ambos cursos se entrenan francotiradores.

El francotirador es un soldado especial con alto grado de tolerancia emocional, entrenado, física, técnica y mentalmente para batir blancos a diferentes distancias, fijos o en movimiento. Pueden cumplir misiones en áreas montañosas, selva, bosques, y áreas urbanas; se pueden desempeñar como parte de una unidad especial o en operaciones de apoyo a unidades regulares.

Los francotiradores juegan un papel muy importante en las unidades de fuerzas especiales debido a que estas, entre otras capacidades, se infiltran en la profundidad de la retaguardia enemiga. Son soldados que estan en capacidad de hacer fuego con gran precisión sobre blancos que por su distancia, tamaño, naturaleza, ubicación o visibilidad, no pueden ser batidos por un soldado regular por el tipo de armamento que estos portan y porque no se encuentran tan cerca o detrás del enemigo sin haber sido detectados.

El entrenamiento incluye técnicas de movimiento sigiloso para avanzar hasta la posición elegida aún con unidades enemigas desplazándose a su alrededor; técnicas de camuflaje para confundirse con el terreno donde se encuentra y evitar ser detectado; técnicas de supervivencia para permanecer inmóvil por días si es necesario, bajo el sol o de noche y con diferentes temperaturas y condiciones meteorológicas, autoabasteciéndose a sí mismo de agua y alimento.

También debe poseer conocimiento de primeros auxilios, saber operar medios de transmisiones, técnicas de combate cuerpo a cuerpo y combate a la bayoneta. La fortaleza físico emocional de un francotirador es clave para el éxito de su misión. Su paciencia debe ser fastuosa para lograr su objetivo.

El curso de francotirador tiene una duración de 40 días y se espera que a partir de 2008 se imparta dentro del contenido del curso de contraterrorismo para unidades del ejército. Para ser francotirador es necesario tener al menos dos años de servicio como especialista o un año como tropa. Si se es oficial, el aspirante debe estar comprendido entre los grados de subteniente y capitán segundo. Es necesario aprobar satisfactoriamente pruebas de aptitud física, médicas y psicológicas.

En tiempo de paz, los francotiradores pueden ser empleados en apoyo a las fuerzas de seguridad civil, en operaciones contra el narcotráfico, liberación de rehenes, operaciones antisecuestro y seguridad de dignatarios o personalidades importantes.

11 de mayo de 2007

Agregados militares de países amigos visitan a los kaibiles


Los señores agregados Militares de las repúblicas de: México, Colombia, Alemania, República de China, Brasil y Estados Unidos visitaron la Brigada de Fuerzas Especiales como parte de su programa de visitas oficiales a las Brigadas del Ejército de Guatemala.





Efectuaron un recorrido por las instalaciones y recibieron información general sobre la misión de esta unidad élite y del Curso Kaibil. Durante la presentación pudieron plantear sus interrogantes y comentarios sobre las orientaciones recibidas.



Acudieron acompañados de sus distinguidas familias para quienes se ofrecieron también presentaciones especiales.

La misión del Curso kaibil es adiestrar comandantes de pequeñas unidades para conducir operaciones especiales. Soldados de alta disciplina, excelente condición física y mental, óptimo nivel de entrenamiento que permita actuar efectiva y eficientemente en cualquier escenario, terreno, condición meteorológica y contra cualquier amenaza.

Busca crear un soldado capaz de sobrevivir y pelear en cualquier lugar sin importar si en la lucha va acompañado o solo. Dotado de una amplia variedad de aptitudes técnicas, que aprende a vivir de la tierra y emplear el terreno según su misión.

El curso Kaibil provee

Fortalecimiento físico

Un Soldado endurecido para soportar los sufrimientos, el trato duro, el dolor, el hambre, la fatiga, el cansancio, la sed, el calor y el frío; veloz y duro combatiente.



Fortalecimiento psicológico

Aprende a no darse por vencido, sentirse bravo ante el pavor y arremeter feroz aún herido. Levantarse si cae, no claudicar pese a que las condiciones de la misión sean cuesta arriba.

Convencido que si se sufre fatiga no es por gusto, si se pasa hambre no es porque no se tenga necesidad de comer, si se expone a la muerte no es porque no se ame a la vida, sino que todo ello se hace por garantizar la seguridad y el desarrollo de los guatemaltecos.



Fortalecimiento de valores

Defensa del orden constitucional, del estado de derecho, el cumplimiento de la ley, el respeto a los derechos humanos y el respeto a los tratados internacionales de la guerra.

Enfasis constante en disciplina, lealtad, honor, honestidad, prestigio y espíritu de cuerpo.

Desarrollo de iniciativa para perfeccionar día a día su habilidad, audacia, intrepidez e ingenio; todo por cumplir la misión y hacer que la patria y la sociedad se sienta orgullosa de él y de su unidad.

Diputados visitan a los Kaibiles

Diputados de la comisión de Defensa del Congreso de la República de Guatemala, efectuaron una visita de acercamiento de carácter oficial a la Brigada de Fuerzas Especiales, con el objeto de conocer su misión y actividades que actualmente se llevan a cabo.




La Brigada de Fuerzas Especiales posee un Estado Mayor y dos unidades principales: El Batallón de Fuerzas Especiales y la Dirección de Escuelas.









Las unidades de Fuerzas Especiales, en tiempo de paz, constituyen una reserva estratégica del estado cuando cualquier amenaza sobrepase la capacidad de la fuerza de seguridad civil, o bien cuando esta necesite apoyo (terrorismo, narcotráfico, trasiego de armas, crimen organizado y contrabando)


El valor agegado es que los Kaibiles están entrenados y preparados para el sacrificio abnegado para cumplir la misión que se les asigne sin la espera de una recompensa profesional o económica adicional, en cualquier terreno, clima y bajo cualquier condición de apoyo logístico.



Esto se logra con una convicción saturada de valores y virtudes humanas que cultiva el curso Kaibil. Al entrenar oficiales y tropa con esta mentalidad se promueve el fortalecimiento de estos valores en todo el ejército.

6 de mayo de 2007

Graduación de Kaibiles



El sesenta y ocho curso Kaibil para oficiales finalizó ayer en la Brigada de Fuerzas Especiales, Poptún Petén. El Ejército de Guatemala cuenta ahora con otros siete oficiales que se han entrenado para ser líderes de pequeñas unidades especiales.

En la graduación de montaña, el comandante de la Brigada hizo entrega de la Letra L, que fue colocada por los tres primeros lugares del curso.
Para llegar a graduarse como Kaibil no solo se necesita de una resistencia física y mental formidable, hace falta también una convicción superior sobre los más altos valores militares, y sobre todo “carácter militar”, cualidad que es base para el honor y la abnegación. Los Kaibiles se graduaron de un entrenamiento intensivo, pero la consolidación de su formación inicia desde este momento.


Será en su desempeño de aquí en adelante, donde los Kaibiles tendrán el compromiso y la oportunidad de demostrar el honor con el portan su boina púrpura en la cien, que los identificará como Kaibiles.

Es ya graduados cuando comienza la etapa más dura y más difícil de un verdadero Kaibil. Porque el honor de un Kaibil implica la aplicación de cada principio, de todos los valores, implica llevar a su máxima expresión la demostración del honor y el carácter militar. Fallar a estos principios, significaría que todo el sacrificio, esfuerzo físico, desvelo y riesgo del curso ha sido en vano.

La graduación oficial representa solemnemente el cambio de piel y mentalidad de un soldado regular a un soldado especial. Un soldado resistente, veloz y duro combatiente; que se distingue por su porte militar y disciplina, por mantener impecable su uniforme, su equipo y por su lealtad para con sus superiores y compañeros.

Un Kaibil debe esforzarse por elevar el honor, el prestigio y el espíritu de cuerpo de su unidad porque está convencido de que es un soldado superior a cualquier otro. Lo reconoce porque ahora sabe de lo que es capaz.

El compromiso de un Kaibil graduado es superar día a día su audacia, intrepidez, ingenio e iniciativa. Reconoce que en la agresividad radica el éxito. Está entrenado para soportar los sufrimientos, el trato duro, el dolor, el hambre, la fatiga, el cansancio, la sed, el calor y el frío.


Luego del acto oficial donde se les impone su boina, los Kaibiles se dirigen al Cerro del Honor, allí están representados todos los Kaibiles ya graduados y los que han ofrendado su vida en combate.
A este cerro solo pueden subir aquellos Kaibiles, que portan su boina púrpura en la cien, y lo deben hacer al paso ligero y animándose.

Oficiales de las fuerzas especiales, instructores y los nuevos Kaibiles suben al cerro, y en la cima, se les devuelve el grado militar del que voluntariamente se despojaron para someterse al entrenamiento del curso.

Un Kaibil sabe que si se sufre fatiga no es por gusto, si se pasa hambre no es porque no se tenga necesidad de comer; si se expone a la muerte no es porque no se ame la vida, sino que todo ello se hace por un ejército mejor y superior.


Se es Kaibil cuando se trabaja más que los demás sin horario definido; cuando se comparte más tiempo con sus subalternos; cuando se da el ejemplo y logra influir en sus hombres; cuando su rendimiento supera la norma; cuando hace las cosas, no como se han hecho siempre, sino como se deben hacer.

Operaciones en el Congo, África



La segunda compañía de Fuerzas Especiales “Kaibil” del Ejército de Guatemala, se encuentran ya realizando operaciones militares de búsqueda y reconocimiento como parte de la misión de paz que la ONU lleva a cabo en la República Democrática del Congo.

Las operaciones aeromóviles y el entrenamiento se realizan en helicópteros MI-25 de ataque de la india y helicópteros HL-16 de la fuerza aérea de Bangladesh. Los ejércitos amigos que componen la fuerza de la ONU se han identificado mucho con los Kaibiles. Junto a ellos se encuentran operando tropas de Bangladesh, Pakistán, Uruguay y Nepal.
Los guatemaltecos han tenido la oportunidad de compartir con soldados de estos países intercambiando aspectos culturales y platillos típicos. De gran valor es el intercambio de técnicas de entrenamiento, uso y aplicación de tecnología en las operaciones.

La misión de paz contribuye a la profesionalización de los Kaibiles guatemaltecos y estos pueden ofrecer a soldados de otras naciones un ejemplo de lo que hasta hoy ha sido una fuerza elite de tropas de choque, resistente, veloz y letal en combate.










Vea: Inicio de la Misión

Vea: 15 de septiembre (independencia) en el Congo

Vea: Retorno a Guatemala (14NOV2007)

4 de mayo de 2007

“300” la obra cinematográfica... Honor, deber y gloria

El liderazgo militar recibe una excelente ayuda audio visual para ejemplificar la instrucción sobre el tema, al disponer de una producción de cine como lo es “300”, una versión de lo que pudo ser la defensa del paso de las Termópilas en 480 a.C.

Independientemente de los detalles de la historia que pueden variar entre escritores y llevados a su máxima expresión con la tecnología del cine, deja claras lecciones para el estudio y aplicación del liderazgo militar.

Las reflexiones, las decisiones y las actitudes a lo largo de la película giran alrededor de tres principios, que de paso son mencionados por los protagonistas al principio, en medio y al final: Honor, Deber y Gloria.

El “honor” es el principio que generó el carácter necesario en los espartanos no sólo de sentirse orgullosos de su origen sino de aceptar con estoicismo las consecuencias de sus decisiones. La conciencia de preservar el “honor” genera un sentimiento del “deber” que al materializarse produce la “gloria” de un grupo, unidad militar o nación.

Los tres conceptos se fusionan para generar una “mística” particular, es decir, un patrón de conducta, basado en principios éticos, patrióticos y de libertad – recibidos desde niños – que gobiernan la conducta y guían las decisiones.

Por ejemplo: cuando el niño entrena con su padre, la madre observa. Sufre cuando su hijo es llevado al entrenamiento que lo hará guerrero pero está conciente de tal necesidad.

El líder (el rey) sufre cuando sus ideales se enfrentan con su fuerte compromiso con el cumplimiento de la ley vigente. Su “honor” le impide desobedecer la ley (los éforos y el consejo le impiden ir a la guerra) pero su conciencia del “deber” le lleva a tomar la iniciativa, que según sus apreciaciones, contribuirá a la seguridad, decisión difícil de cuestionar si se considera que miembros del consejo habían sido sobornados para que el ejército no marchara contra los invasores.

Los guerreros, entrenados desde niños, y con una clara conciencia del “honor” y el “deber”, están dispuestos a dar su vida por su nación (los griegos eran una nación: mismos dioses, misma lengua, mismas costumbres y tradiciones). Y están listos para cubrir de “gloria” el nombre de su patria.

Se nota la convicción de los guerreros, en la escena cuando Leónidas les pregunta cuál es su profesión delante de los arcadios que quieren ayudar, y todos al unísono y acompasadamente levantando sus lanzas pronuncian un grito estremecedor. Los que observan (incluyendo a los presentes en la sala de cine) quedan paralizados al ver el espíritu de cuerpo de esa unidad militar reflejado en una de sus más evidentes manifestaciones: su lema

El estilo de liderazgo del rey es un factor determinante para conducir la energía, la agresividad, el coraje y el valor del grupo, generado por los principios bien cimentados de “honor” y “deber”. El rey es un amigo de sus hombres: los inspira, los guía y los comanda en la batalla, recordándoles constantemente quiénes son, por qué están allí y el compromiso que tienen de definir el resultado por su condición.

Jerjes se ufana que podría matar a sus propios hombres – pretende asustar – Leónidas le contesta que él, en cambio, daría su propia vida por cualquiera de sus hombres.
Jerjes utiliza a sus hombres como esclavos colocándolos como gradas para bajar de su trono; Leónidas es un comandante al servicio de sus hombres, que va con ellos en primera línea de combate.
En el último momento un guerrero le dice a su rey: – es un honor morir a tu lado – el rey le contesta agradecido y le corresponde – ha sido un honor vivir a tu lado – .

De tal manera que el estilo de liderazgo de Leónidas le permitía estar muy cerca de sus hombres, de sus necesidades, de sus angustias, escucharlos, y a la vez ejercer una férrea disciplina, más que necesaria en una situación de combate. Sólo un liderazgo de este tipo, con soporte de los principios de honor, deber y gloria, podía impedir que un grupo pequeño huyera ante un gigantesco ejército enemigo.

De hecho es lo que ocurre cuando se ven rodeados. Los arcadios que había ofrecido su ayuda, no poseen la mística espartana y deciden retirarse.

Es evidente también, que la “voz” de mando del comandante juega un papel importante en la vida militar. El subalterno debe aprender a reconocer, escuchar y seguir la voz de su líder. Leónidas rugía a sus tropas, ellos escuchaban y sabían que su líder iba al frente. Un comandante debe tener la capacidad de hacer escuchar su voz a gran distancia y en medio de otros sonidos.

El rey mantiene la cordura y serenidad durante la guerra, pese a la victoria en las primeras batallas. Duerme menos, piensa más y al final debe estar en forma, a la medida del más fuerte de sus hombres.

De tal manera, que aunque las guerras actuales no se asemejan a la de esta película, se pueden aplicar importantes principios de liderazgo como: la lealtad hacia los subalternos, dar el ejemplo, el entrenamiento agresivo, el fortalecimiento psicológico de las tropas, la alta moral, el alto espíritu de combate y de cuerpo que hace que la tropa se sienta orgullosa de pertenecer a su unidad. Esto se construye con un excelente liderazgo. Un liderazgo al servicio del subalterno, que orienta y ayuda, pero que mantiene una férrea disciplina.

Un estilo de liderazgo que lejos de ser blando y sin consistencia, compromete a los hombres a no fallarle al hombre que los guía: su líder.

Los ejércitos en tiempo de paz también pueden y deben aplicar estos principios que prepararán a sus tropas para el combate, y aún en las labores administrativas, que a todo militar toca en algún momento realizar, ejecutándolas con excelencia e iniciativa guiados por su profunda conciencia del honor y el deber.

Al igual que en el presente, la política estuvo presente en aquel tiempo. Uno de los errores de Leónidas, fue creer que todos los griegos tenían sus mismos ideales de libertad, honor, deber y gloria, pero siempre hay excepciones. Un miembro del consejo y un soldado traicionaron el honor, el deber y a toda la mística espartana, y de esto deben sacarse también valiosas conclusiones para el presente.

En este siglo XXI, siempre la diplomacia y negociación precederá al uso de la fuerza armada y por ello, no solo los militares, sino los profesionales de la ciencia política y la sociedad entera deben saturarse de aquellos antiguos principios de: honor, deber y gloria.

La gloria de una nación, de un ejército, de una unidad militar, se crea cuando se escribe su historia, cuando se recuerda sus hazañas y heroísmos porque son dignos de honor y remembranza.

Por eso se le llama “gloriosa” a una fuerza militar o institución, que a lo largo de su historia, haya dejado constancia con su misma sangre, de héroes, líderes, tropas y ciudadanos que buscaron el logro de sus ideales. Tal es la evaluación a realizar para determinar si una institución civil o militar es gloriosa o no